miércoles, abril 27, 2005

59 minutos

Esa viene a ser la duración de los programas que componen Libre para Elegir.

El que tenga problemas con el streaming o, simplemente, quiera conservar estos interesantes videos en su disco duro puede bajarselos del eMule.

Merecen la pena:

Anatomia de la crisis

Como permanecer libres

Creados iguales

Curar la inflacion

De la cuna a la tumba

El Poder del mercado

La tirania del control

Que esta mal en las escuelas

Quien protege al trabajador


.

domingo, abril 24, 2005

Los limites del debate

Por Wendy McElroy

En un debate es natural asumir que el intercambio de opiniones vaya hacia delante y atrás alternandose entre la defensa y el rechazo. Esta no fue la situación precisa que ocurrió en el debate acerca de qué ideas podían ser propiedad. La mayoría de las posiciones mantenidas fueron muy complicadas.

Por ejemplo, el egoísta James L. Walker, que escribía bajo el seudónimo Tak Kak, contribuyó fuertemente al lado opuesto a la propiedad intelectual. Él escribió: “Mis pensamientos son de mi propiedad igual que el aire en mis pulmones lo es”. Claramente, Tak Kak no mostraba sus objeciones al copyright y las patentes desde el punto de vista de que las ideas no pueden, en ninguna forma, ser propiedad. Ambas partes reconocían que un individuo posee sus propios pensamientos los cuales pueden ser expresados o retenidos completamente a su elección.

Es más, ambas partes creen que una idea puede permanecer en propiedad de quien la origine incluso después de que haya sido impartida a otros. Tak Kak mantenía que: “Si una persona desea vivir de impartir sus ideas a cambio de trabajo, no tengo nada que decir en contra de que lo haga y consiga protección cooperativa sin invadir mi persona ni mi propiedad o las de mis aliados. Mr. Spencer [Herbert Spencer] que mantenga en propiedad todas las ideas que pueda erigir y mantener sin el gobierno. Nadie puede hablar o escribir y aún así tener las mismas ventajas que si estuviera en silencio... Y sea lo que sea que haga por contrato, cooperación o boicot.... permítanle hacerlo como le plazca.” Tak Kak replantea el tema en otros términos, “Mientras Spencer tenga una idea en su cerebro, esta es suya, y no será mía hasta que no esté en el mio.”

Nótense los dos puntos clave de la posición de Tak Kak. El primero es un replanteamiento del principio de auto-propiedad: Este es, todo ser humano, simplemente, por ser humano tiene jurisdicción sobre su propio cuerpo. Por extensión lógica, la auto-propiedad protege cualquier idea dentro de su cerebro. El segundo punto es que las ideas comunicadas (ideas que dejan de estar solo en su mente y asumen un status público) no gozan más de la automática protección de la auto-propiedad. Cualquier propiedad sobre las ideas publicas no deriva de los derechos naturales si no de un contrato o de lo que Tak Kak llamó la “protección cooperativa”.

Tucker refinó este segundo punto. Distinguiendo entre una idea dentro de tu mente (privada) y una idea que ha sido comunicada (publica), Tucker afirmaba que la propiedad de una idea privada no resultaba de haberla originado. La propiedad resultaba del hecho de que la idea estaba protegida por otros derechos. Posees una idea en tu mente simplemente porque es imposible para cualquiera acceder a ella sin tu consentimiento a no ser que usen la fuerza, como mediante tortura. De este modo la propiedad de las ideas privadas sería meramente producto de la auto-propiedad.

Una idea pública no era, en comparación, protegida por la auto-propiedad. Cuando un autor o inventor publica su idea, renuncia a lo que Tucker denominó “un poder que hasta entonces había sido protegido por otros derechos: el derecho a la inviolabilidad de las personas, el derecho a la privacidad del domicilio...” Tucker era claro: Publicando su trabajo, el autor o inventor no abandona sus derechos sobre él porque no había tales derechos. Había un escudo protector proporcionado por la auto-propiedad. La publicación retira ese escudo protector. Si una idea es de dominio público, un individuo podría acceder y usar esa idea sin violar la libertad de otros.
Así Tak Kak y Tucker definieron un límite para el debate, el lado de la propiedad anti-intelectual [PAI].

Tú posees tus ideas privadas. Ellas pueden ser protegidas mediante el secreto o a través de contratos similares a los utilizados actualmente por las compañías informáticas para licenciar paquetes de software. Pero no hay ningún derecho natural sobre las ideas públicas. Al ser comunicada se convierte en la propiedad privada de cualquiera que la tenga en su mente a partir de entonces. Como expresó J. Wm. Lloyd “No puedes extirpar corporalmente una idea de un cerebro al igual que no puedes trasplantar una fresa de un jardín a otro. Si tengo los mismos pensamientos que mi vecino, muy bien, esta claro que yo no he tomado ni recibido nada de él por que él tiene su pensamiento igual que siempre."

Los defensores de la propiedad intelectual [PI] insistieron en que el copyright y las patentes eran derechos naturales merecedores de protección aunque fueran ideas públicas o privadas. En general, mantenían una de estas dos posiciones: La posición más radical era la que pedía que el descubrimiento de una idea no sólo daba titularidad sobre esa instancia específica de la idea (la privada), también la daba sobre todas las instancias subsiguientes de ella (las públicas) sin excepción.

La posición más común defendida por los partidarios de la PI era la de que el descubrimiento de una idea otorgaba la propiedad de forma exclusiva sólo hasta que alguien más probaba el descubrimiento, de forma independiente, de esa misma idea. Por ejemplo el descubrimiento de como guardar electricidad en una batería. En ese punto, el descubridor independiente adquiere el mismo derecho de propiedad que el primer creador. Estas propiedades duales serian más habituales en patentes que en copyrights porque los inventores usan el mismo “estado-del-arte” tecnológico para tratar las mismas cuestiones llegando, por tanto, muy a menudo a las mismas soluciones.

Los defensores de la PI insistían en que las ideas era propietarias porque ellas eran producto del trabajo humano, como las sillas o las mesas y toda persona tenía el completo derecho a ser propietaria del fruto de su trabajo. Lysander Spooner era ampliamente citado para mantener este argumento: “... el principio de propiedad individual... dice que cada hombre tiene un dominio absoluto, contra cualquier otro hombre, sobre los productos y adquisiciones de su propio trabajo”. Resumiendo, la PI era un derecho natural.

Los opositores frente a la PI contrarrestaban esto argumentando que la recompensa propia por ese trabajo era la idea específica producida. Aunque la discusión sobre la PI tomó multitud de intrincados caminos dentro de Liberty, siempre volvía a terminar alrededor de dos preguntas fundamentales: ¿Que es la propiedad? y ¿que es una idea?

<< Copyright y Patentes en Liberty

viernes, abril 22, 2005

Patentes de Software: Una vision practica.

"...most people, including politicians and judges, don't really care that much about ideology and principles anymore, except in festive talks. People in general and the politicians they elect are mostly worried about material issues like economic growth and employment numbers as these are the issues which tend to determine election outcomes and personal finances. So in order to win this debate we need to get politicians and the general public to see that software patents are not helping create jobs and economic growth, but rather have the opposite effect..."

The argument against software patents

Y es que las patentes no sólo son un atentado contra los derechos individuales si no que también son perniciosas desde un punto de vista utilitarista.

sábado, abril 16, 2005

Tontos de todas las ideologías

En las últimas horas se han producido dos agresiones a políticos. Gary Kasparov, que recientemente ha dejado el ajedrez para crear un partido liberal, ha sido atacado con un tablero por un simpatizante del presidente Putin. Afortunadamente parece que Kasparov se encuentra bien, y bromeó diciendo: "menos mal que en la URSS se popularizó el ajedrez y no el béisbol".

El asalto a Santiago Carrillo es más preocupante pues se produce en casa, aunque no sea un luchador por la libertad como Kasparov. El aumento de la población inmigrante suele propiciar un auge de la extrema derecha, y me temo que España no está siendo ajena a ese fenómeno.

Nachete dice que esto confirma que hay tontos de todas las ideologías. Yo creo que todos estos tienen la misma ideología: son totalitarios.

jueves, abril 14, 2005

Copyright y Patentes en Liberty

Por Wendy McElroy

La propiedad intelectual, en la forma de patentes y copyright, fue objeto de un intenso debate en Liberty. Benjamin Tucker rechazaba categóricamente la idea de que el copyright favorece al anarquismo. La fuerza de la oposición de Tucker a las patentes puede ser evaluada en su ensayo “State Socialism and Anarchism: How Far They Agree, and Wherein They Differ”. Donde Tucker explica las diferencias clave entre la posición del anarquismo individualista sobre la propiedad intelectual y la de la escuela radical contra la que más competían en esos días, el socialismo de estado.

"Los dos principios... son autoridad y libertad, y los nombres de las dos escuelas de pensamiento social que representan, completamente y sin reservas, a uno u otro principio son, respectivamente, el Socialismo de Estado y el Anarquismo."

Tucker explica que “casi todos los economistas políticos” se limitan a describir la sociedad como ha existido. Por el contrario, el socialismo y el anarquismo describen la sociedad como debería ser y exploran los medios por los cuales semejante ideal podría conseguirse. Tucker observó que “esto parece haber sido hecho de tres formas diferentes... Josiah Warren, un americano, Pierre J. Proudhon, un francés, Karl Marx, un judio alemán”. La “desviación en los caminos” de Marx por una parte y de Warren y Proudhon por otra consistió en su método de acabar con el monopolio.

Siguiendo el sendero de la autoridad, Marx aceptó que “el gobierno debe asumir todas las funciones de la economía para protegerla del monopolio... Lo primero es, entonces, el Socialismo de Estado, el cual puede ser descrito como la doctrina en la que todos los asuntos de los hombres deben ser administrados por el gobierno sin importar las elecciones personales”.

Warren y Proudhon se adhieren a la libertad y “vieron que el monopolio descansaba sobre la autoridad (el gobierno) y que para destruir al primero era necesario destruir a este último. Los medios que propugnaban eran “crear toda la competencia posible”. Por tanto lanzaron un ataque frontal contra los cuatro monopolios de mayor importancia: El monopolio del dinero, el de la tierra, el de los aranceles y el de las patentes. Para Tucker las patentes eran uno de los cuatro principales monopolios sobre los que descansaba la autoridad.

El debate sobre la propiedad intelectual en Liberty era, quizás, inevitable. Lysander Spooner, uno de los mentores de Tucker, había escrito un trabajo titulado "The Law of Intellectual Property, or, An Essay on the Right of Authors and Inventors to a Perpetual Property in Their Ideas". Y por otra parte Herbert Spencer, un pensador muy citado y respetado en Liberty, argumentaba enérgicamente a favor de la propiedad intelectual.

El escenario estaba preparado para una verdadera lucha conceptual. Como objeto de debate la propiedad intelectual apareció el 7 de Julio de 1888 a través de un provocativo articulo en el cual Benjamín Tucker declaraba “no puede haber legítimamente algo similar a la propiedad exclusiva de una idea”. Desde este punto, las cuestiones gemelas sobre patentes y copyright dieron lugar gradualmente a un gran debate a través del cual el concepto de propiedad fue finamente perfeccionado.

Wendy McElroy y la propiedad intelectual

Llevo un tiempo tratando de traducir un interesante extracto del libro de Wendy McElroy "The Debates of Liberty" relativo a la propiedad intelectual.

Desafortunadamente no dispongo de demasiado tiempo y mis progresos son lentos. Así que espoleado por el magnífico articulo de José Carlos Rodríguez he decidido comenzar a publicar lo que voy traduciendo.

McElroy, furibunda feminista individualista que no es precisamente una desconocida en estos lares liberales publicó hace un par de años este libro sobre los debates que tuvieron lugar en la revista Liberty. Revista fundada por Benjamin Tucker en 1881 y desde la que se defendieron, con mayor o menor regularidad, postulados anarquistas individualistas.

En mi próxima entrada podreís encontrar la introducción de ese capitulo y, por si alguien tenía dudas, sí, sí tengo permiso de la autora. ;)

miércoles, abril 13, 2005

Recuperando la memoria histórica

“Los [...] eran prósperos, poderosos y orgullosos. Casi todos en Europa los odiaban. Temerosos y envidiosos de ellos, pero más pobres y militarmente inferiores, los europeos recurrieron a una guerra de propaganda. De París a Frankfurt, los panfletistas hicieron del rencor hacia los [...] una forma de patriotismo. Sus octavillas retrataban a los [...] como una gente intrínsecamente inhumana, corrupta e intolerante; amantes de la crueldad y la masacre.”


¿Un relato futuro sobre el antiamericanismo contemporáneo? Pues va a ser que no. Es una traducción - algo libre, por motivos dramáticos :) - de este artículo del historiador Gregory Cerio, publicado en el número especial que Newsweek editó con motivo del quinto centenario del descubrimiento de América. Ahora ya sabéis como hay que rellenar los puntos.

Los pueblos que olvidan su Historia están condenados a repetirla. ¿No eran los “regresistas” los que estaban empeñados en recuperar la memoria histórica?

lunes, abril 11, 2005

Labor didáctica

Comentaba ayer mi compañero Narpo dos incoherencias relacionadas con la redistribución de la renta entre regiones. La primera, la de los nacionalismos de izquierdas (¿contradictio in termini?) que se oponen a ella. La segunda, los que se dicen liberales y la defienden.

Desde un punto de vista teórico, cualquier forma de redistribución de la renta es económicamente ineficiente. Desde un punto de vista práctico, creo que muchos liberales defenderían mantener cierto nivel de reparto.

No entraré ahora en el debate teórico, que por otra parte es muy interesante, porque me interesa más otra cosa: el punto de vista pragmático. Si vamos a la gente y lo primero que les decimos es “nosotros los liberales estamos en contra de la solidaridad ínter territorial y del reparto de la renta” lo que vamos a conseguir es rechazo.

Porque la gente, en general, no entiende de ideologías políticas. Este es campo para sociólogos, pero mi impresión es que la mayoría se fía de sus convicciones más básicas: no les gusta la violencia, y por eso están en contra de la guerra; creen que hay que respetar la naturaleza, y por eso les caen simpáticos los grupos ecologistas; se apiadan de los débiles, por eso les caen mejor los palestinos; creen en el diálogo y el buen talante, y por eso... mejor no lo digo.

Esto es una realidad que está ahí, y los liberales, como grupo, tenemos que tenerla en cuenta en nuestra acción política. No estoy sugiriendo que renunciemos a nuestros principios. Lo que digo es que tenemos que tenerlo en consideración.

Por un lado, debemos aprender a destacar nuestra cara más amable. Por otro lado, y esto es lo más importante, debemos esforzarnos en realizar una labor didáctica. El liberalismo tiene muy mala prensa. Lleva decenios sometido al acoso de la propaganda izquierdista. Todavía muchos se creen eso de que la izquierda defiende a los pobres y la derecha a los ricos. Y cambiar esto no va a ser nada fácil.

Posiblemente sería bueno abrir un debate interno sobre cómo y qué métodos son los mejores para desarrollar esta labor didáctica. Preguntarle a la gente qué entiende por liberalismo para descubrir cuales son los prejuicios más comunes. Creo que estos temas de orden pragmático deberían ocupar más espacio en nuestros debates.

"No hay como ser de izquierdas para tener bula"

No, no lo digo yo. Esta frase lapidaria es de Pilar Rahola (al final de este artículo). Parece que todos tenemos días felices...

domingo, abril 10, 2005

Incoherencias

Siempre me ha llamado la atención el incoherente pensamiento calificado como nacionalista de izquierdas. Extraño engendro ideológico cuyo éxito fuera de España desconozco pero que hace furor en algunas comunidades autónomas.

No voy a criticar hoy lo paradójico de un movimiento nacionalista de izquierdas. A fin de cuentas el totalitarismo nunca se ha caracterizado por su racionalidad si no por su demagogo recurrir a las más bajos instintos. Es por ello que no voy a hablar del carácter internacionalista de los movimientos de izquierdas sino de su falta de solidaridad. O, más bien, de la insistencia de algunos de descalificar a estos grupos tildándolos de insolidarios.

Como tantas veces se ha dicho, la solidaridad forzosa no es tal, si no que es puro abuso y robo. Es por ello que siempre me ha chocado el uso que utilizamos desde la libertad de esta insolidaridad de la izquierda nacionalista. En lugar de defender la postura, contraria a la redistribución de la renta, se la ha criticado, colaborando pues, desde posiciones liberales, a perpetuar el mito antiliberal de la solidaridad “impositiva”. Cosa diferente es la frecuente búsqueda por parte de los nazionalistas de un trato preferente como el inaceptable “cupo vasco”.

De igual forma que la redistribución entre personas desincentiva el progreso, la redistribución entre regiones o países produce los mismos efectos. Andalucía, Extremadura, Galicia o Asturias deberían preocuparse por reducir sus impuestos y dejar de molestar a sus ciudadanos con sus locos intervencionismos en lugar de reclamar la solidaridad de Cataluña o Madrid frenando el desarrollo de estos dos grandes motores.

En palabras de Hayek: "La circunstancia de que los pueblos occidentales dispongan de más riqueza que los demás países tan sólo en parte es debida a una mayor acumulación de capital. La primacía se la ha dado principalmente la utilización más efectiva del conocimiento. Pocas dudas caben de que las perspectivas de los más pobres y “subdesarrollados” países que hoy se hallan en camino de alcanzar el presente nivel de Occidente son mucho mejores de lo que habrían sido si aquellos pueblos no hubieran realizado tan denodados esfuerzos por situarse a la cabeza. Y, lo que es más, tales perspectivas son mejores de lo que serían si alguna autoridad mundial... se hubiese preocupado de que ningún país destacase del resto, asegurando en cada etapa una distribución por igual de los beneficios materiales en todo el mundo. Los pueblos occidentales no sólo son más ricos porque están más adelantados en conocimientos tecnológicos, sino que poseen conocimientos tecnológicos más adelantados porque son más ricos. Ese libre don del conocimiento, que les ha costado mucho conseguir a los que se hallan a la cabeza, facilita a quienes les siguen alcanzar el mismo nivel a mucho menos coste. Mientras algunos países estén a la cabeza, los restantes podrán seguirles, aunque falten en ellos las condiciones para un progreso espontáneo."

Si algo hay defendible en los nazionalismos españoles es, precisamente, la defensa de la autodeterminación y la crítica al parasitismo que fomenta la redistribución mediante ayudas y subvenciones. Centrémonos pues en su totalitario intento de imponer un modelo de estado-nación absolutamente irrespetuoso con el individuo y dejemos de hablar de la insolidaridad del nacionalismo. Explotemos ese afán por la autodeterminación llevándolo hasta el individualismo más extremo y mostremos la cara oscura e injusta de la distribución sea quien sea el partido que la dirija.

Si para defendernos del avance nazionalista tenemos que echar mano de la demagogia propia de nuestros enemigos no estaremos más que cavando nuestra propia tumba.

Pan y circo

Me había animado yo por fin a abrir una bitácora política, cuando se enteró Narpo y me invitó a sumarme a la suya. Y aquí estamos. Transcribo ahora la anotación en que explicaba cuales eran mis intenciones al iniciar el efímero “Pan y circo”.

Gari Kasparov, probablemente el mejor jugador de todos los tiempos, acaba de retirarse del ajedrez de competición, justo tras [volver a] ganar el torneo de Linares, que algunos llaman “el Wimbledon del ajedrez”.

Se retira siendo todavía el mejor, por motivos que puedes encontrar aquí (inglés) o aquí (cristiano), pero lo que le ha decidido al final es la política. Gari lleva años participando activamente en la vida política rusa. Podríamos decir que desde los famosos duelos con su archirrival, el prosoviético Anatoly Karpov, en los años 80.

Kasparov considerá el interés por la política “un deber de toda persona de bien”. Lo dice pensando en la joven y endeble democracia rusa, pero creo que hasta cierto punto es ampliable a cualquier situación. Eso es lo que me lleva a abrir esta bitácora.

Mi amigo Nachete y yo hablamos con cierta frecuencia de temas políticos. Para que nos pongáis una etiqueta rápida, él es de izquierdas y yo de derechas, aunque sobre esta clasificación habría mucho que decir. Nuestras conversaciones suelen terminar derivando hacia temas en los que siempre estamos de acuerdo y que sintetizaré así: crítica al sectarismo político.

Durante un tiempo pensé en proponerle hacer un blog a medias, algo así como poner por escrito nuestras conversaciones, o dar una visión plural de las cosas. Después pensé que él apenas habla de estos temas en su “Pan, circo y boogie movie” (cuyo título inspiró el mío) y que posiblemente no le apetezca. Así que de momento voy por libre.

Políticamente me defino como liberal, pero mi intención no es (solamente) comentar la actualidad desde ese punto de vista. Eso ya lo hacen muy bien otros. Mi idea es poner un granito de arena para hacer progresar la democracia. Como ya desarrollaré en otras anotaciones, creo que el actual sistema representativo de partidos políticos está en la raíz de muchos de los problemas de las sociedades modernas. Creo que, para que la democracia merezca tal nombre, todos debemos involucrarnos. Si no, como explicaría Aristóteles, degenera en demagogia u oligarquía.

No seas acomodaticio y participa. No te conformes con pan y circo.