¿Sol solamente para ricos?

Sí. Observo con preocupación el inquietante retroceso del Estado del Bienestar en este país.

Primero este loco se atrevió a clamar por la liberalización del sector del agua.

Ahora, descubro horrorizado con una búsqueda en google que ni tan si quiera lo más granado de nuestra izquierda reclama el derecho de los pobres del norte peninsular a disfrutar de días de sol de una calidad suficiente.

¿Que clase de país es este que mantiene a los pobres habitantes de la cordillera cantábrica condenados a no poder disfrutar de más que un puñado de soleados días al año?

¡Un país que condena al proletariado a vivir sumido en la incertidumbre de si lloverá el domingo y se arruinará el día de playa!

De todos es sabido que los ricos burgueses de las grandes ciudades del norte (además de beber agua de vichy los muy cabrones) pueden permitirse veranear en cálidos destinos turísticos.

¿Que clase de sociedad es esta que condena a los pobres a no poder disfrutar de semejantes necesidades básicas?

Retomando la senda abierta por el gran Bastiat en su malinterpretada y para nada sarcástica misiva y continuada por lo más moderno y concienciado de los liberales de hoy aprovecho la ocasión para reivindicar vacaciones pagadas en Benidorm, Ibiza o (como no) Cuba a todos los pobres del norte español.

El Estado enemigo de la arqueologia

Un buen día, por casualidad, uno descubre en su propiedad restos arqueológicos. Es en ese instante cuando uno recuerda las historias del abuelo acerca de asentamientos romanos en la zona y las antiguas tumbas que se descubrieron en el pueblo de al lado.
Uno comienza a frotarse las manos ante el descubrimiento, quien sabe si no habrás estado viviendo todo este tiempo sobre un auténtico tesoro.

Acudes a asesorarte mientras das vueltas en tu cabeza al negocio que podrías hacer ofreciendo tu descubrimiento a museos, universidades y coleccionistas. Desafortunadamente, cuando te asesoras sobre la realidad descubres que todo puede acabar en manos del gobierno. No sólo no verás ni un euro de lo que allí pueda haber si no que te arriesgas a perder todo derecho sobre esa parte de tu propiedad.

Entristecido, cubres los restos de nuevo y suspiras. Mejor será tapar eso, no vaya a ser que cuando el alcalde finalmente recalifique estas tierras seas el único que no puedas vender a los del campo de golf.

Fraga, el mutante

Debe ser cosa de la radiación de Palomares. El dinosaurio homófobo franquista ha mutado en paladín de la democracia tras el recuento de la última papeleta. Dada la conocida tendencia necrófila del carácter ibérico, se puede pensar que este panegírico tardío no es más que la respetuosa letra de su réquiem político. Pero también cabe una interpretación mucho más aviesa:

"(...) ensalzando al líder que se está yendo, se dificulta la consolidación del que está por llegar, si es que llega."

Los políticos no son los únicos que cambian. Derrotado el fragasaurio, algunos descubren que las cosas no estaban tan mal en la isla de Jurassic Park.