jueves, septiembre 02, 2004

Precaucion, niños

Los comentarios de la bitácora de Jahd sobre la adopción de niños por parejas homosexuales me ha traido a la memoria cierto "chiste":

Mirando atrás, es difícil creer que estemos vivos:
Nosotros viajábamos en coches sin cinturones de seguridad y sin airbag, hacíamos viajes de 10-12 h. con cinco personas en un 600 y no sufríamos el síndrome de la clase turista.
No tuvimos puertas, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños.
Andábamos en bicicleta sin casco, hacíamos auto-stop, más tarde en moto, sin papeles.
Los columpios eran de metal y con esquinas en pico.
Jugábamos a ver quien era el más bestia.
Pasábamos horas construyendo carros para bajar por las cuestas y sólo entonces descubríamos que habíamos olvidado los frenos.
Jugábamos a "churro va" y nadie sufrió hernias ni dislocaciones vertebrales.
Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces de la calle.
Nadie podía localizarnos. No había móviles.
Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables.
Nos abríamos la cabeza jugando a guerra y no pasaba nada, eran cosa de niños y se curaban con mercromina y unos puntos. nadie a quién culpar, sólo a nosotros mismos.
Tuvimos peleas y nos "esmorramos" unos a otros y aprendimos a superarlo.
Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y punto.
Compartimos botellas de refrescos o lo que se pudiera beber y nadie se contagió de nada. Nos contagiábamos los piojos en el cole y nuestras madres lo arrreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente.
Quedábamos con los amigos y salíamos. O ni siquiera quedábamos, salíamos a la calle y allí nos encontrábamos y jugábamos a las chapas, al pilla-pilla, al rescate, a la taba..., en fin, tecnología punta.
Íbamos en bici o andando hasta casa de los amigos y llamábamos a la puerta. ¡Imagínense!, sin pedir permiso a los padres, y nosotros solos, allá fuera, en el mundo cruel ¡Sin ningún responsable! ¿Cómo lo conseguimos?
Hicimos juegos con palos, perdimos mil balones de fútbol.
Bebíamos agua directamente del grifo, sin embotellar, y algunos incluso chupaban el grifo.
Íbamos a cazar lagartijas y pájaros con la "escopeta de perdigones", antes de ser mayores de edad y sin adultos, ¡¡DIOS MÍO!!
En los juegos de la escuela, no todos participaban en los equipos y los que no lo hacían, tuvieron que aprender a lidiar con la decepción.
Algunos estudiantes no eran tan inteligentes como otros y repetían curso... ¡Qué horror, no inventaban exámenes extra!
Veraneábamos durante 3 meses seguidos, y pasábamos horas en la playa sin crema de protección solar ISDIN 15, sin clases de vela, de paddle o de golf, pero sabíamos construir fantásticos castillos de arena con foso y pescar con arpón.
Ligábamos con las chicas persiguiéndolas para tocarles el culo, no en un chat diciendo ": )" ": D" ": P".
Tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello.
No te extrañe que ahora los niños salgan gilipollas. Si tú eres de los de antes... ¡Enhorabuena!
Besos abrazos y mordiscos en los brazos.


Ahí queda.

Decía John Ruskin que: "Una noche, cuando aún estaba en los brazos de la niñera, quise tocar la cafetera, que estaba hirviendo alegremente... La niñera me lo hubiese impedido, pero mi madre dijo 'Déjale que la toque'. Así que la toqué... y esa fue mi primera lección del significado de libertad.

Quien sabe si este "proteccionismo social" al que se ven (nos vimos) sujetos los niños del "estado del bienestar" tiene algo que ver con la predominancia de los pensamientos antiliberales...

2 Comentarios:

Anonymous Anónimo said...

Genial, Narpo. Así me gusta el jamón, curado y entreverado por finas vetas de tocino. La asociación de la ideología izquierdista con la actitud de dependencia del Estado frente a problemas que antes formaban parte de los que uno mismo debía resolver.
Cultivo de la irresponsabilidad y del sentimentalismo buscador de un chivo expiatorio al que cargar con las culpas para eludir las propias. En fin, para qué seguir. Las tinieblas del presente no se desvanecerán para los que viven de la revelación, para los que han renunciado al dolor, cuestionador del camino seguido.
Fdo:arboladura.

4:41 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Necesito un piso, pues que el Ayuntamiento me lo ponga.
Necesito una guardería, pues que la Comunidad me la ponga.
Necesito materializar mi creatividad, pues que el Estado me subvencione una peli.
Necesito [insértese necesidad privada], pues que la [insértese Administración] me lo ponga, etc.
La verdad es que se ha creado una sociedad infantilizada en la que si necesitas algo, lo mejor es pedirlo (o incluso exigirlo) a Papá Estado, la Tía Comunidad Autónoma o el Hermano Ayuntamiento.

2:11 p. m.  

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