Trece entre mil

A pesar del veredicto unánimemente favorable de la crítica, la repercusión mediática del documental "Trece entre mil" está siendo mucho menor de lo que cabía esperar. La publicidad que ha recibido no admite comparación con la disfrutada por una película semejante pero más acorde a los cánones de lo políticamente correcto como era "La pelota vasca" de Julio Medem. Pero ya estamos acostumbrados a estas cosas.

He tenido la oportunidad de contemplar la cinta de Iñaki Arteta y sólo puedo decir que es necesaria. Necesaria para sacudir las conciencias acomodadas porque ya no tienen que asistir a funerales; Necesaria para estimular los corazones entumecidos por lo de que “ojos que no ven...”; Necesaria para silenciar las voces que aseveran que en el País Vasco la democracia se vive con normalidad; Y necesaria para hacer justicia a las víctimas marginadas por los cómplices de sus verdugos en su propia tierra.