Pesebrismo
Pensaba escribir una pieza mordaz sobre un inglés atacado de anticatalanismo, pero no me encuentro de humor para ironías. En España estamos viviendo la apoteosis de la partitocracia, sublimada por la simbiosis de ciertos partidos y medios de comunicación conjurados para alienar la conciencia colectiva.
El perverso mecanismo que nos ha conducido a esta situación tiene dos claves. La primera, un sistema político en el que los partidos adquieren un protagonismo excesivo que, en manos de políticos mediocres y sin principios, se convierten en entes autónomos cuyo único objetivo es perpetuarse en el poder para dar amparo a la cohorte de apesebrados que dependen de ellos.
Los partidos regionalistas son el extremo más sangrante. Al llegar al poder autonómico han dispuesto cuantiosos recursos públicos para generarse un clima social favorable, manipulando la enseñanza, la cultura, el deporte, la televisión, las cajas de ahorros y disfrazando cualquier artimaña como defensa de la cultura o de la condición “nacional”. Y para no perder su razón de han radicalizado progresivamente su mensaje hasta poner en cuestión la misma identidad nacional española.
El segundo ingrediente de este cóctel letal es una ley electoral que pide a gritos su reforma y que otorga un poder desproporcionado a las minorías, que son capaces de extorsionar al Estado en beneficio propio y no han dudado en hacerlo.
Cabe preguntarse qué pasa con los socialistas que todavía creen en España. La respuesta es sencilla: pesebrismo. Lo último es comprometer todas esas posaderas apoltronadas que dependen de que el PSOE siga en el poder. Y para asegurar los cargos en estos momentos de zozobra, el corifeo de voceros del gobierno está teniendo que poner toda la carne en el asador para convencer a las bases, que no disfrutan de las prebendas del poder, de que no pasa nada y de que la oposición está conjurando unas amenazas ficticias. La vieja táctica de Goebbles.
Todo esto sería imposible en Gran Bretaña, donde los MPs tienen bastante autonomía y la disciplina de partido se rompe con frecuencia. Como consecuencia los partidos tienen menos poder para beneficio de los ciudadanos.
Como Colin Davies, un inglés retirado en Galicia, hecho este que demuestra una sabiduría superior digna de tener en consideración. En su blog aporta una perspectiva fresca y libre de prejuicios sobre la vida en España. Os traduzco unas cuantas perlas extraídas de las últimas anotaciones:
Algunas [CCAA] tienen lenguas y características propias. Puede que sí. Pero esto no las convierte en países o naciones, tal y como estos términos son usados universalmente.
Existe una amplia oposición a equiparar las regiones de España a los estados en los EEUU, los Landers en Alemania, los departamentos en Francia o condados en el Reino Unido. Si la hay, la comparación preferida es con Escocia. Me parece que tal visión pasa por alto algunos factores destacables. Todo esto es perfectamente lógico en un país donde las palabras patria y país se utilizan para describir la región de donde uno proviene. Y donde la gente y las compañías de otras regiones son rutinariamente etiquetadas como “extranjeras”.
¿Tendrá el gobierno de España alguna razón de ser una vez que haya cedido todo su poder a manos de Bruselas por un lado y de las regiones por otro?
1 Comentarios:-
Anónimo said...
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- 11:12 p. m.
ten cuidao con ese tio que es muy rojo y esta contra la libertad religiosa....grummmmppppffffff ja ja ja ja ja
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