Insaciables y dependientes
Cuando uno piensa en un cocainomano se lo imagina billete enrollado en mano esnifando polvos blancos.
Cuando yo pienso en un agricultor, me lo imagino con una caña esnifando dinero público.
Se ha criticado mucho a las tabacaleras por haber hecho la vista gorda con sustancias adictivas y haber ocultado información al público. Pero ¿porque no se critica al Estado por convertir en adictos e inutiles dependientes de su caridad (a nuestra costa, claro) a cientos de miles de agricultores en este país?
Un poco de intervención de precios, unas ayuditas para que se acomoden, subvenciones a productos imposibles de rentabilizar, jornales-trampa a las gentes del campo y voila... miles de votos cautivos y esclavizados. El problema es que estas técnicas tan adictivas enganchan y luego resulta complicado controlarles cuando les viene "el mono".
Menos mal que el Cartel de la Subvención es el más poderoso del mundo y tiene comprados a toda la policia y los jueces de este país. Que digo comprados, regalados, y por todos nosotros.