Suicidio y dignidad
Una vez más voy a dedicar una anotación para responder una entrada de redliberal sobre la eutanasia.
En este caso en ajopringue.
Dice Fidel refiríendose a la muerte asistida:
"¿Dignamente? ¿Qué tiene de digno el suicidio? Quitarse la vida por cualquier causa es todo menos digno"
Entramos con esta disquisición en un terreno complicado e íntimamente ligado al ámbito de lo moral.
Si bien, inicialmente, se hablaba de muerte digna como aquella que ponía fin a la vida de enfermos terminales prolongada artificialmente, no parece nada descabellado extender este concepto a los inválidos incapaces de servirse por sí mismos. Nadie dice que ser un inválido sea motivo de indignidad, esa interpretación sería, sencillamente, retorcida y maliciosa. Pero sobre el suicidio asistido nadie más indicado que el mismo suicida para decidir la dignidad o no de su propia muerte.
"¿Quién es más digno? ¿Aquel que se esconde y monta un circo nacional porque no le dejan suicidarse? ¿O los que luchan por salir adelante, demostrando unas ganas extremas de vivir y conseguir caminar algún día?"
No veo indignidad en ninguna de las dos decisiones. Ambas son libres y responsables y por tanto merecen respeto.
"no entiendo cómo le hacen una película a un suicida, tratándolo como a un heroe, antes que a un verdadero luchador"
Advierto que no he visto la película de Amenabar pero, a simple vista, la "heroicidad" de Sampedro no esta en su lucha por morir, si no en luchar por sus convicciones y por su libertad.
El ser humano es dueño de su vida (autopropiedad) y uno no tiene que dar cuentas del uso que dé a su propiedad (siempre que respete los derechos ajenos). Sampedro creía firmemente en este derecho y lo defendió hasta el final, eligió su lucha y la llevó hasta el final, por eso es digno de admiración.
No debemos dejar que el aura "progre" que envuelve esta película nos ciegue. La defensa de la eutanasia es la defensa de un derecho individual fundamental y, por tanto, es nuestra lucha.
Como decía Marco Aurelio, "una de las funciones más nobles de la razón consiste en saber si es o no, tiempo de irse de este mundo".
2 Comentarios:-
Anónimo said...
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- 3:07 a. m.
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Anónimo said...
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- 3:09 a. m.
Hola, soy Fidel. Me parece correcta la crítica que has escrito sobre mi post en ajopringue, pero igualmente me gustaría contestar algunas líneas que he creido conveniente comentar, son las siguientes:
Pero sobre el suicidio asistido nadie más indicado que el mismo suicida para decidir la dignidad o no de su propia muerte.Cierto, entonces es que no entendemos lo mismo por "dignidad", rectifico y digo que no me parece merecedora de respeto.
... a simple vista, la "heroicidad" de Sampedro no esta en su lucha por morir, si no en luchar por sus convicciones y por su libertad ... Sampedro creía firmemente en este derecho y lo defendió hasta el final, eligió su lucha y la llevó hasta el final, por eso es digno de admiración.Cierto, en eso sí, y coincido con Paybloy, estuvo muy digno por su parte al pelear por dichas convicciones y su libertad. Yo considero esa libertad, Sampedro tenía todo el derecho del mundo a elegir suicidarse, yo mismo le habría proporcionado el veneno. Pero la segunda parte es en la que yo discrepo, en absoluto creo que tal busqueda le convierta en digno de admiración, digno de admiración es alguien que de aliento a los demás, que sea un ejemplo de superación, demostrando a la gente que el suicidio no es la solución, que hay otros senderos.
La defensa de la eutanasia es la defensa de un derecho individual fundamental y, por tanto, es nuestra lucha.Ojo, que hay que saber distinguir, lo de Sampedro no era eutanasia (propiamente dicha), era suicidio asistido, con el cual estamos de acuerdo todos (al menos entre los liberales) que el paciente es libre de elegir. La eutanasia que nos preocupa a muchos es aquella en la que el paciente no da su visto bueno, porque no está siquiera consciente, ningún médico ni familiar tiene derecho a ordenar la desconexión de un paciente sin su autorización expresa.
En resumen, Narpo, creo que entiendes mal el sentido del post, no discuto la dignidad de ese señor por el esfuerzo que realizó para ser libre y quitarse la vida, sino la defensa y ensalzamiento que muchos hacen de una persona que renuncia a dedicar ese mismo esfuerzo en vivir, y enseñar a otros a vivir, les enseñó que el suicidio es una forma de acabar con los problemas. Jamás consideraré a Ramón Sampedro digno de respeto, ni mucho menos de admiración.
Un saludo. Fidel.
Como veo que no se ve muy bien, te invito a que leas lo que he escrito en los comentarios, dentro del post de ajopringue que nos ocupa. Hay esta reproducido integramente. Saludos de nuevo. Fidel.
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