domingo, junio 06, 2004

La Socialización del Software II

Me han hecho algún comentario acerca de mi ortografía, parece ser que ya ni los de ciencias tenemos bula para cometer pecadillos ortográficos, ahora, solo vale haber estudiado la Logse y a ser posible en Cataluña.
Menos mal que siempre puedo pasar los textos por el corrector del OpenOffice (OO).
Hablando de OO, la mención de uno de los grandes artífices del éxito del Software Libre (SL) me trae a la memoria mi incompleto post sobre la socialización del software, donde comentaba el gran interés de la izquierda en identificarse con los movimientos por el software libre.

Algunos creen que todo el SL ha sido creado por programadores caritativos, filántropos del código que solo sueñan con ayudar a los demás, auténticos frikis defensores del pueblo que con su incesante teclear hacen temblar a las pérfidas multinacionales.
Al contrario de lo que la izquierda quiere hacernos creer, el éxito del SL viene a demostrar, por enésima vez, la grandeza y potencial del libre mercado.

Cuando aquellos hackers del MIT comenzaron a desarrollar sus programas e intercambiarlos libremente, no lo hacían por amor a la humanidad, si no que lo hacían para cubrir sus propias necesidades, la escasez de software les impulsaba a realizar sus propias “aplicaciones” y compartirlas, no lo hacían con espíritu de ONG, lo hacían para colaborar en un avance que a ellos mismos les interesaba. Cada uno, libremente, hacía lo que podía y quería.
Cuando los ordenadores se extendieron más, surgieron diversas compañías de software, estas compañías proporcionaban sistemas y aplicaciones a cambio de un precio y rara vez proporcionaban el código fuente de los mismos. Algunos usuarios no estaban satisfechos con este software, deseaban poder revisar el código de sus programas, realizar modificaciones, correcciones y mejores.
El software comercial todavía era muy caro y el SL representó la solución a la demanda de software de multitud de usuarios. La demanda de software abierto era escasa (los ordenadores y conocimientos informáticos no eran algo habitual) pero era real y por tanto hubo emprendedores, como Richard Stallman, que, involuntariamente, crearon un nuevo mercado. Los primeros creadores de SL solían financiarse cobrando pequeñas cantidades por las copias de su software, documentación, manuales e incluso donaciones. En 1984 tuvo lugar el primer hito importante en la historia del SL, la creación del proyecto GNU (y de la Free Software Foundation), un proyecto que luchaba por la libertad y contra las restricciones del software.
A medida que el numero de usuarios y expertos aumentaba, la demanda de software abierto también aumentó. Esto dio lugar a que miles de personas por todo el mundo comenzaran a utilizarlo y cientos de ellos empezaron a colaborar en proyectos. Estos colaboradores no eran técnicos caritativos que ofrecían sus servicios para conseguir un mundo mejor, eran personas interesadas en los proyectos, estudiantes con ansias de conocimiento, usuarios con fallos para corregir, aficionados que disfrutaban añadiendo funcionalidades... Además, esta colaboración no estaba rigidamente dirigida hacia ningún bien común, como cabría esperar de un “desarrollo socialista”, si no que era cada participante el que decidía como colaboraba. Como genialmente explica Eric Raymond en "La Catedral y el Bazar" el liderazgo de estos proyectos “No puede basarse en relaciones de poder y aunque así fuera, el liderazgo por coacción no produciría los resultados que vemos” y cita a Kropotkin “Al crecer en una familia que disponía de siervos, empecé mi vida activa, como todos los hombres de mi tiempo, teniendo una gran confianza en la necesidad de ejercer el mando, administrar el castigo o la coacción y demás. Pero cuando, poco después, hube de hacerme cargo de empresas importantes y tratar con hombres [libres], y cuando cada error tenía consecuencias graves, comencé a apreciar la diferencia entre actuar bajo el principio del mando y la disciplina o el del entendimiento común. El primero funciona admirablemente en un desfile militar, pero carece de valor en la vida real, donde un objetivo sólo puede lograrse a través del esfuerzo concertado de muchas voluntades", explicando como: “El "esfuerzo concertado de muchas voluntades" era precisamente lo que necesitaba un proyecto como Linux y el "principio de mando" resulta imposible de utilizar en el contexto de un grupo de voluntarios en el paraíso anarquista que denominamos Internet."
Raymond hace referencia al segundo hito importante, en 1991, la aparición de Linux, un kernel de sistema que junto a las aplicaciones GNU proporcionó un formidable conjunto software a los usuarios. Pero cuando GNU/Linux llegó a principios de los noventa, ya había en el mercado numeroso software comercial de bajo precio (y aún más, pirata). Linux no era muy “amigable” y en sus orígenes no era más que un sistema para expertos y fanáticos de la informática. Afortunadamente una vez más las teorías de Mises se cumplen y numerosos expertos e inversores, viendo la oportunidad de negocio, formaron empresas dedicadas al SL. Y es que no sólo hay miles de programadores colaborando por todo el mundo, hay cientos de empresas que han apostado por el SL. ¿Como podría haberse extendido tanto el Software Libre sin estas empresas dedicadas a su publicación, enseñanza o consultoría?
Las distribuciones desarrolladas por Red Hat y SuSE, la liberación del código del navegador de Netscape o la suite ofimática de Sun han sido aportaciones vitales al éxito del SL. El propio Stallman, izquierdista reconocido, reconoce la importancia del mercado como motor del SL.

Terminará...